Consiste en aplicar una serie de ventosas (de plástico o de vidrio) sobre el cuerpo y en diferentes puntos estratégico, generando un efecto vacío a través del cual la ventosa se adhiere a la piel y succiona la piel y parte del músculo estimulando la circulación sanguínea y linfática.

Cuántas veces has visto a deportistas como Michael Phelps lucir unas marcas en la espalda el día de su última competición? Estas marcas o morados son fruto de los tratamientos realizados con ventosas o Cupping. Una técnica que se ha extendido cada vez más, aplicándose no sólo a deportistas sino a todo tipo de personas por sus grandes beneficios para nuestra salud.
La terapia con ventosas cuenta con antecedentes históricos en el año 3300 AC, en donde los antiguos médicos griegos y egipcios de la antigüedad hacían uso de ventosa y era conocido en forma similar por los antiguos chinos que utilizaban bambú como ventosa.

¿Qué efectos tienen la aplicación de las ventosas en nuestro cuerpo y cómo nos puede ayudar?.

• Aumenta el riego sanguíneo, por lo tanto es ideal para personas que sufren anemia o hemofilia.
• Alivio del dolor
• Para migrañas.
• Aumenta la circulación linfática
• Aumento del oxígeno a la piel y los nutrientes.
• Hiperemia local.
• Liberación miofascial.
• Activación del sistema inmunitario.
• Es una técnica depurativa.
• Trata contracturas y todo tipo de rigidez muscular.

Precauciones:
Una técnica segura que puede aportarte un gran número de beneficios. Ahora bien, si es cierto que en algunos casos se pueden producir algunos efectos secundarios, sobre todo en la piel o la zona donde se aplica la ventosa.

• Pueden producirse hematomas circulares.
• Si la persona tiene un tipo de piel sensible se desaconseja su práctica.
• Si tiene varices o problemas de circulación graves no se recomienda el masaje con ventosas.